domingo, 27 de diciembre de 2009

la adultera y yo

Un tema sobre el cual giro la controversia fue alrededor de la historia de cuando llevan a la mujer adultera con Jesús. El punto de gran controversia fue sobre lo que dice Jesús al ultimo “Ni yo te condeno; vete, y no peques más.”Lo que me ha dado vueltas en la cabeza después de todos los comentarios es sobre con quien nos identificamos en esta historia. Solo hay tres personajes en la misma con la cual te puedes identificar: los fariseos, la adultera o Jesús. Yo personalmente me identifico con la adultera.Se lo que es fallar. Se lo que es pecar. Se lo que es tomar decisiones equivocadas. Se lo que es luchar una y otra vez con eso que “sabes que ya no debes de hacer y lo sigues haciendo”. ¡Yo soy la adultera de la historia!. Había escuchado de Jesús y tenia miedo, porque los muchos que me habían querido llevar a él, me llevaban con la intención de que Jesús me juzgara como ellos lo habían hecho. ¡Que sorpresa me lleve! (y ellos también). “Ni yo te condeno; vete, y no peques más.” WOW! A este Jesús era el que no conocía. Me dijo “Al que a mi viene no lo echo fuera”. ¡Que increíble que me aceptara como soy! Eso si es un regalo que no merecía. ¡Algunos de los que hablaban en su nombre ni siquiera se parecían a Él! Después de ese encuentro cambie. Tuve el deseo de ser diferente. Quise saber mas de Jesús y de lo que opinaba de las diferentes áreas de la vida. Lo seguí y en realidad amé quien Él era y su esencia. A pesar de ello, de los cambios significativos y de todo un proceso de querer aprender de Jesús, no puedo decir otra cosa sino que sigo siendo la mujer adultera. Una mujer adultera que ahora ama y sigue a Jesús. Quizás menos adultera en algunas áreas. Quizás con una conciencia mas clara de mis acciones. Quizás una mujer adultera que cuando se equivoca trata de pedir perdón y decir “Se que hice mal. Perdóname”. Con una nueva naturaleza, pero al final del día, por alguna razón, adultera. Se que el día que lo vea cara a cara, entonces sí, el proceso en mi vida será terminado. No se que hubiera sido de mi sin Jesús.